Cada vez que veo mi reflejo, me repito que el pasado está atrás… pero de alguna forma todo me hace recordarte…. Pero ahora nada importa… no me importa… toma lo que te sirve de mi historia… mi vida es nada seguro y un poco de voluntad… Tal vez mañana pueda estar contigo… Si tan siquiera mañana podría ser de otra manera, si quisieras podría ser de otra manera, si me quisieras sería de otra manera… cómo quisiera ser de otra manera…
jueves, 22 de abril de 2010
domingo, 11 de abril de 2010
de noches santas, cuerpos salados, y sueños...
el sudor rodó más y más a cada cambio de ritmo del dj, mi cuerpo se contorneó al compás de los que estaban a un lado cómo poseídos por la música, el calor incesante, mis ojos cerrados, y mis movimientos bruscos me tiraron al suelo, la arena se adhirió al costado del que caí, una mano salió de entre los cuerpos y me levantó, seguí danzando; mis manos levantadas no pudieron tocar el cielo por más que lo intentaron, el exceso de humo comenzó a hacerme estornudar, las caras conocidas desaparecieron de mi alrededor, una desesperación extraña me hizo salir corriendo, aún a unos metros, la música siguió retumbando en mis oídos, y con cada tuuum tummm aumentó mi ligereza, caminé hasta la orilla del mar, mis pies mojados y salados no se cansaron, me sentí invencible, llegué al final de la playa, pasando por entre fogatas de extraños (verdaderos extraños) y palabras que mi traje de baño ocasionaron, me sentí perdida, mas por mi estado que por la geografía; el regreso fue más corto, unos cuantos pasos y me encontré de nuevo entre la multitud extasiada, mi mente continuó dando vueltas al ritmo de mi baile o lo más parecido, me topé con las caras que busqué unos minutos atrás, los seguí, no alcancé a llegar a mi sleeping, me senté a escuchar los requintos de una guitarra que se cruzó en mi camino, mis piernas temblaban pero mi conciencia regresó, me senté, unas manos femeninas me abrazaron por la espalda me recargué en su pecho y soñé cosas tan irreales que en el mismo sueño me di cuenta que estaba dormida. Con tres ¡hey! Y un “ya amaneció” nos levantamos de la arena donde nuestras piernas quedaron medio enterradas, agradecí por la comodidad, y fui directo a tratar de retomar mi sueño. 4 horas más tarde, esa noche, fue lo que realmente me pareció haber soñado…
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