lunes, 10 de febrero de 2014



La desilusión es mala compañia, cada tropiezo mío es un recordatorio de tí, recuerdo pocas cosas, las que me atraparon y las que me regresan de nuevo a tí.  Tu mano no me soltaba, si yo iba tú ibas, si saltaba tu conmigo, si me quedaba me abrazabas, te quedabas allí. Me quedé hasta arriba en una cornisa,  mis brazos papaloteando para mantener el equilibrio, me sostuve por años de un hombro pero miro y no lo veo, fue su hombro para él  y para mí si algo quedaba. Ya no puedo recordar tus gestos, ni tu olor, ni tu mirada, casi se a borrado todo, casi te llevaste todo; sólo olvidaste llevarme a mí.