Cada lágrima, ganas de gritar contenidas por mi mandíbula, por las promesas en las que creí, por todo de ti; mi placer es la mejor manera de cobrármelas, una por una, aunque me duela tan seguido que ya el dolor, es parte mi; me duele desde adentro, porque sigues ahí, porque me consuelo y termino llorando, porque no eres tú, y lloro porque soy yo sola.
Porque me duele cómo nunca, cómo nunca es a tanto, y tanto fuiste para mí.
Porque mi dolor es tu placer, disfrútalo; porque la soltería me sienta tan bien…