viernes, 2 de octubre de 2020

 Resbala mi mano de tu frente a la mejilla, ahí se queda inspeccionando su suavidad, mientras mi mirada trata de meterse en la tuya, quisiera robarte un poco de vida, la necesito tanto en estos momentos qué podría quedarme ahí. Es tan ajena. Está tan lejos. Y te sonrío o te hago muecas disimulando mis ganas de llorar, y una lágrima me traiciona, siempre lo hace cuando se trata de ti. Y sólo me miras fijamente, esperando a qué me vaya, conozco esa mirada. Déjame verte un poco más, había olvidado un poco tus rasgos, ahora puedo dibujarlos de nuevo. No quiero irme. Entiendes? Porque yo no.