domingo, 5 de junio de 2011

De_eXtrAorDiNArieDAdeS_#1

Ellos de ellos y ellas eran de ellas en su mayoría, mezclados; eso era raro.Cuatro horas seguidas de movimientos rítmicos, causaron molestias en mis rodillas al día siguiente, me repito, “ya no estoy para estos trotes” y me siento por quince minutos, que Naila aprovecha para ofrecerme un cigarro, a su cajetilla le falta un pedazo de la tapa, justo donde hay una imagen de una rata, porque según me explica , no le gustan las mascotas en sus cigarros; su exuberante maquillaje y ropa ajustada que muestra las curvas que me hacen sentir envidia cuando me confiesa : “nací hombre, pero me sienta mejor ser mujer” “y tú?”- me pregunta- “me gusta ser…” y tomo de un trago mi bebida, rie francamente ante mi estúpida respuesta… después de varias preguntas y el cigarro casi consumido, miro a la pista, mi mejor amigo baila desenfrenadamente con la camisa desabotonada dejando su pecho peludo a la vista de todos y al tacto del responsable de nuestra estancia en ese lugar, mi compañera me jala a la pista, es mucho más alta que yo, y mucho mejor bailarina, al ritmo de salsa toma frenéticamente mi cintura y me jala hacia ella, su cabello rizado se metía en mis lentes y me picaba los ojos, así , entre paso y paso transcurrieron cuatro canciones, “bailas bien” -uff si supiera que son los únicos pasos de salsa que me sé-. A nosotros se unieron mis acompañantes que para entonces cayeron seducidos por el ambiente del lugar, mis hombros llenos de sudor fueron secados en ese instante por una compañera de la universidad que sólo traté en clases y que ahora, con la blusa desabotonada dejando ver su ropa interior gris, limpiaba mi sudor, esto comienza a parecerme surreal, cuando Naila me invita asentarnos, ¿cómo negarme? si mis pies parecen ser torturados por mis zapatillas, miro fijamente sus ojos y saca un labial de su bolso, y aprendo con la práctica, que para mi tono de piel y forma de labios, el color rojo quemado los hace ver más carnosos, para corresponder el gesto, le alago su cabello, toca el mío y dice “a mi me gusta el tuyo..” “mujeres!” –Respondo- y reímos a la par por unos segundos, entre plática y plática y con nada de alcohol en mi cuerpo, me percato de que el espacio entre cuerpos es muy corto. Así nos dieron las tres y las cuatro y las cinco de la mañana y mi cuerpo reclamó mi cama, el saldo de la noche fue: un amigo bañado con cerveza, sin botones en su camisa y tan bailador, que así lo dejé, bailando. Un boleto para asistir el próximo sábado a un show, adjuntado con la promesa de estar en primera fila. Y con la seguridad de que no todas las Nailas, son cómo Lila Downs las describe.