Mi amor: han sido días tormentosos, supongo que aún faltan más, quisiera eliminarte de mi conciencia de una vez pero me es imposible aún, he repasado a memoria eventos que pudieron ser los causantes de tu partida, y no encuentro motivos suficientes para no quedarte a luchar qué no sea el amor que predicabas, o no hubo motivos o no hubo amor, ambas me destrozan, no veo otro remedio a esto qué acabarme a mi misma con los recuerdos, repito tus últimas palabras y pues sí, fin.

 Resbala mi mano de tu frente a la mejilla, ahí se queda inspeccionando su suavidad, mientras mi mirada trata de meterse en la tuya, quisiera robarte un poco de vida, la necesito tanto en estos momentos qué podría quedarme ahí. Es tan ajena. Está tan lejos. Y te sonrío o te hago muecas disimulando mis ganas de llorar, y una lágrima me traiciona, siempre lo hace cuando se trata de ti. Y sólo me miras fijamente, esperando a qué me vaya, conozco esa mirada. Déjame verte un poco más, había olvidado un poco tus rasgos, ahora puedo dibujarlos de nuevo. No quiero irme. Entiendes? Porque yo no.

 Es enero y encontré  perfección,  directo al corazón. Abrí la puerta. Febrero amor mío eres magia. En marzo comencé a respirar hondo, pero aún era afortunada. Para abril quizá me había equivocado, de nuevo. Pero se fue. Regresó. Junio me hizo llorar, julio me recordó a mi misma un año atrás. Agosto me puso un ultimátum; tu amor o el mío. Septiembre quiere acabar conmigo. 2020.

Aproveché la velocidad y saqué el corazón a ventilarse, a latir por fuera y ver las estrellas esconderse, tres veinte y la neblina inunda, tres veinte y la ciudad desierta, tres veinte y cada minuto me pierdo un tanto más. Tus ojos.

A toda velocidad me llevas hacia el cielo, miro hacia arriba y sonrío al toparme con tu cabello despeinado, qué buena postal me he de llevar ésta noche, qué buena comida, qué buena cerveza, qué buena noche ésta noche,  qué confusión la tuya y qué ganas las mías

Es  complicado verte  definido, sé qué eres tú, pero la niebla es cada vez más densa y cae sobre ti, trato de enfocar tu rostro para guardarlo, la memoria me ha jugado una mala pasada, te pareces a ti y en momentos a él, el viento te lleva cada vez más lejos, sigo sentada viendo el espectáculo, el clima es hostil pero no me moveré de aquí, vine a voluntad, vine hasta morir.

El recuerdo y el amor  tomaron su destino, al final no fuimos tan diferentes, cada quién en sus abismos, pero sin lograr salir. La transparencia no fue de mis cualidades, debería disculparme pero la humildad tampoco lo es. Traté de opacar mis monstruos con los tuyos, por eso nunca me asusté, por eso no corrí, conozco a la perfección éste camino. Nunca se van, siempre regresan más poderosos

Mi amor (ahora te llamarás así): es una desgracia que las personas sufran, es una injusticia, y decir qué "es por mi bien" es muy simple para ti, eres más complejo qué eso, pude haber creído una historia fantástica cómo tus sueños de zombies, pero no un intento de explicación tan gastada cómo la que me diste. Es un desperdicio tirar a la basura todo el amor y pasión qué tengo por ti, es una pena qué no pueda transferirse a otra persona, hay tantos necesitados por ahí. He tratado de defenderme del dolor inventando historias alternas dónde me amas y sólo no sabes cómo resolver conflictos personales, o mejor fue la historia dónde te alejas un tiempo sólo para reafirmar que soy yo la adecuada para ti, aunque también recibiré una carta escrita con tu puño en donde te retractas de tu decisión y  propones luchar a mi lado y dejar de luchar contra mí... Esa última no suena menos bella y menos fantasiosa que las anteriores... No sientas pena por mí, soy yo tratando de evitar que mi parte sensata te asesine en mi conciencia,  sólo yo yo amándote cómo siempre, tan sólo soy yo amándote en soledad.

Ante un desastre, uno nunca se va por completo del lugar, uno se queda a ver si entre los escombros encuentra algo de valor, a ver si de casualidad uno se encuentra por ahí.

Si los ves de cerca se notan las heridas, el desgaste, las fracturas. Hay amores que solo en la distancia se añoran, se desean; porque son perfectos cómo fueron, hay amores que solo lejos se podrán amar.

Había tardado casi dos horas en arreglarme para él, pero esa noche, la belleza fabricada y mi amor fueron nada para ablandar la realidad.
Él había dejado de ser él, su mirada fue diferente, indiferente. Sus manos ya no dieron caricias, sólo fuerza en mis brazos.
Los " te amo"  fueron reemplazados por sus "no","no" pacíficos, "no" agresivos, y "no" humillantes. Cómo si la vida se le fuese en ello, impidió terminar con mi inseguridad, placentero el juego del poder, mejor hacerla crecer, hacerla explotar. Esa noche, él no era más él. Él no era más mío.

A diario vengo para no olvidarte por completo, a diario vengo a esperarte, vengo a esperar que no regreses, vengo a tomar un poco de vida, a remendar mi corazón puntada a puntada, hora tras hora, año tras año. Primero fue tu cuerpo, luego tu mirada, tu sonrisa, y el timbre de tu voz fue el último intercambio, olvido a cambio de vivir.

Paseas mis temores, con la derecha los sacudes para enardecerlos, y con la izquierda tomas mi pecho y lo estrujas para quebrantarlo aún más. Seré perfecta para ti cuando no sepa como armar mis pedacitos. Tomo uno y lo embono con otro más grande, luego me miras y se desmoronan, y comienzo de nuevo, primero armo mis pies, luego la cadera porque es más fácil, pero al llegar al pecho comienzan a ser más pequeños y deformes, ahí es cuando no sé cómo continuar,  porque tu mirada y esas cosas que me encantan, me destruyen. Aquí es qué no se si continuar.